lunes, 15 de noviembre de 2010

MALDITA ADICCIÓN


Como la marihuana, una adicción prohibida pero que te pierde, y profundamente provocativa
El cigarro no me basta, tu humo, tu sabor me llama al estar tan cerca de ti
Una de tus carias, capases de seducir al primer intento, llenas de pasión y emoción, pero carentes de sentimiento y sentido, logra sacudir todo mi cuerpo, logra despojarme de mi conciencia, logra tenerte entre mis brazos para poseerte, para respírate.
Eres como ese gran espejismo que crees poder ver a lo lejos, pero no es nada, jamás será nada
Tus besos, tu aroma, tu cuerpo que podre tener en un instante, pero que  al amanecer se pierde, como se pierde a la luna entre las nubes de la madrugada.
El rose de tus manos que me provoca una presión en mi pecho y esos celos sin sentido tan estúpido, tan alarmante pero insignificante.
Me es difícil decir que eres pues creo mucho de ti es inexplicable, no sé si quiero o deba tenerte, o para siempre alejarme, no sé si tenga sentido, si sea prudente, pero te recuerdo, pero no te vas, pero me seduces, me provocas.
No sé si quiera tirar al recuerdo esos dos segundos que estuve completamente drogado de ti, o si quiera volver a repetirlos, más bien, si volveré a tener alguna experiencia como esos dos segundos.
¿Coincidencia o destino? ¿Traición u olvido? ¿Tenerte o no?
Tú que sabes si no eres el adicto ¡eres la droga!…